Existe una Palabra, una invitación divina que siempre está vigente: “Buscad al Señor mientras puede ser hallado, llamadle en tanto que está cercano”.
Si en tu corazón hay una disposición sincera de buscar a Dios, por seguro que le encontrarás, porque Su Espíritu Santo es quien puso ese sentir en tu interior. Dios está mucho más interesado de encontrarse contigo de lo que tú estás. Además, Él te reitera: “Ahora es el momento oportuno: ¡Busquen a Dios! ¡Llámenlo ahora que está cerca! Arrepiéntanse, porque Dios está siempre dispuesto a perdonar; Él tiene compasión de ustedes. Que cambien los malvados su manera de pensar, y que dejen su mala conducta” (Libro de Isaías, 55: 6 – 7-NVI).
Esta es la disposición para contigo de nuestro Dios, cuya esencia es amor: “Porque no envió Dios a su Hijo al mundo para condenar al mundo, sino para que el mundo sea salvo por él”. Si te embarga la insatisfacción, no obstante tienes sed de lo verdadero; nunca serás defraudado si te acercas a La Fuente. La Biblia dice: “En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba. El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva” (Libro de S. Juan, 7: 37 – 38).
Muchos no han tenido éxito en esta búsqueda porque apuntaron la mira en fuentes equivocadas. Buscaron en religiones huecas que no dan la respuesta; en corrientes que se han puesto de moda, pero que resultaron ser aguas turbias; en hombres dotados de carisma, pero vacíos de Dios. Y lo peor, en brujos y hechiceros, quienes hoy se autodenominan mentalistas, que hasta se disfrazan de “siervos de Dios”. ¿“Por qué gastan dinero en lo que no es pan, y su salario en lo que no satisface”?. La Biblia Nos advierte: “Estos son fuentes sin agua, y nubes empujadas por la tormenta”, según el apóstol Pedro. (2Pedro 2:17). ¡Vengan a las aguas todos los que tengan sed!, es la invitación divina. Sólo hay una Fuente de Agua de Vida: Jesús. “Escúchenme bien, y comerán lo que es bueno, y se deleitarán con manjares deliciosos. Presten atención y vengan a mí, escúchenme y vivirán”, (Isaías 55:2-3NVI), es la invitación divina para el que quiera saciar su alma.
El plan divino proveyó un tiempo, una oportunidad, una visitación especial para cada uno. Recuerda lo que afirma La Biblia: Debemos buscar a Dios mientras pueda ser hallado; así como hay un tiempo oportuno, Jesús habla de la oportunidad perdida, según lo sentenció Él: “Me buscaréis, y no me hallaréis; y a donde yo estaré, vosotros no podréis venir” (S. Juan 7:34). “Si ustedes oyen hoy su voz, no endurezcan el corazón” (Hebreos 4:7), nos exhorta Su Palabra. La indiferencia del pueblo judío, hizo que Jesús les advirtiera: “Y te derribarán a tierra, y a tus hijos dentro de ti…, por cuanto no conociste el tiempo de tu visitación” (S. Lucas 19: 44).
“porque dice:
En tiempo aceptable te he oído, y en día de salvación te he socorrido. He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación” (2Corintios 6: 2-3).
Hoy se proclaman innumerables ofertas atrayentes y baratas, como si fuesen “evangelio”: “Cómo prosperar; cómo proyectarse a un futuro exitoso; cómo obtener unción; cómo liberarse de maldiciones generacionales, a través del toque de un ungido, o por la compra de un objeto bendecido; cómo sanar nuestra tierra”. Y, podemos seguir enumerando los “cómos…”, que se ofrecen como fórmulas mágicas y que distraen aun a los llamados cristianos.
Mi amado hermano, lo importante es que tú halles a Dios y Él te encuentre a ti, para establecer contigo una relación personal, y así encontrar Su propósito para tu vida. En esto consiste el Buscar, Llamar y Hallar a Dios.
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