miércoles, 24 de noviembre de 2010

Agua Viva y Corrientes Turbias: El Agua Viva corre en dirección a Jesucristo

EL AGUA VIVA CORRE EN DIRECCIÓN A JESUCRISTO
Rezín, rey de Siria, y el hijo de Remalías, Peka, quien reinaba en Samaria, representan a los impulsores foráneos de corrientes extrañas y turbias, como a los que le perdieron el sabor al agua viva; identifica a los que se dicen ser ministros del evangelio pero para quienes el sencillo mensaje de la cruz les resulta insípido, desabrido, por ende propugnan que las personas “muy inteligentes” no pueden seguir bebiendo de fuentes rústicas ni nutrirse con alimentos simples.  La fuente de Agua Viva es simple, y hasta puede parecer rústica, pero sacia.  Alguien relató acerca de un campesino, que con el fin de calmar la sed de tantos caminantes que transitaban por las inmediaciones de su casa, colgó de la rama de un árbol una cadenita y un jarro, que estaba junto a una fuente de agua, para que los cansados y sedientos apagaran su sed y prosigan con la larga jornada.  Alguien le observó acerca de la precariedad de su instalación.  “¡Qué rusticidad!” le espetó, a quien el campesino respondió: “Si, será rústico, pero sacia”.
Las aguas mansas que fluyen de la Fuente Divina corren hacia un rumbo claro, objetivos definidos y metas establecidas por la Palabra de Dios. Al contrario, las aguas turbias e impetuosas, por no tener rumbo, abre brechas aquí y allá; arrastra basuras y gran cantidad de elementos extraños; es turbia y su poder de contaminación, con afinada sutileza, pretende enturbiar el Agua Viva, confundir y engañar, si fuere posible aun a los escogidos.  Permítame sugerir un parámetro sencillo, práctico y seguro: el Agua Viva es una corriente mansa; su curso siempre corre en dirección a Jesucristo; sacia la sed, o sea, uno siente en su interior esa paz de haber encontrado la verdadera Fuente de Vida.  Las aguas turbias son corrientes, que por su impetuosidad tienen arrastre, anega, deja sus secuelas y luego desaparece.  Confunden y no llenan.  Nos presionan y a fuerza de tantos raudales de ideas extrañas, algunos, los que no tienen bases sólidas y convicciones maduras en La Palabra, ceden a las manipulaciones, para, lastimosamente, sufrir las consecuencias.  El Agua Viva se caracteriza por ser Cristo céntrico.  Las aguas turbias se refieren a Jesús en forma tangencial, sólo como una referencia para reforzar las ideas que propone la corriente.  Confío que tú tienes el sensor interno que te da el Espíritu Santo para detectar lo que fluye de la Corriente Divina, y cuáles son las aguas turbias.


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