viernes, 6 de mayo de 2011

TIEMPO DE EDIFICAR CON FUNDAMENTO SÓLIDO

 

La sequía, los tiempos en que arreciaban las tormentas y el asedio inmisericorde del enemigo han amainado. Con la victoria provista por la muerte y resurrección de Jesús, hoy es tiempo de edificar. “Levántate, amada mía…Mira, el invierno se ha ido…El tiempo de la canción ha llegado” (Cantares 2: 10 – 12). Esta es la palabra del Amado hoy a Su Amada. Los tiempos tormentosos se han ido, logrando en consecuencia el  fortalecimiento de la relación con nuestro Amado. Nuestras raíces han sobrepasado lo superficial, para penetrar en las profundidades de la Buena Tierra, emergiendo así con bases sólidas, capaz de soportar la edificación que diseñó el Arquitecto Divino, Jesucristo.

Toda edificación que resistirá los embates eventuales, comienza con un fundamento sólido. Pablo nos advierte que el fundamento ya está puesto, el cual es Jesucristo, y ningún  otro puede ser puesto por nadie. “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo” (1Cor. 3: 11). La simetría y solidez del edificio descansa sobre la revelación infalible de Cristo dada a los primeros apóstoles. Esta es la única ingeniería divina sobre la  cual se estructura un edificio sólido, perdurable a través de los tiempos cambiantes. La trama arquitectónica se delinea y edifica sobre el fundamento de los apóstoles y profetas que les precedieron (Los doce, incluido Pablo)  según Efesios 2: 20. Sobre ese inamovible fundamento nosotros hoy seguimos edificando, teniendo en cuenta la advertencia del apóstol: “…pero cada uno mire cómo sobreedifica” (1Cor. 3: 10). Porque no se puede nunca reemplazar ni anular con revelaciones, testimonios o profecías posteriores a tal fundamento. Esto es categórico según La Palabra.

Es una falacia, una aberración sin fundamento bíblico la pretensión de una corriente actual, quienes tratan de confundirnos, diciendo que la iglesia, o el Reino de Dios se edifica sobre el fundamento de los “apóstoles” modernos,  y que sin estos fundamentos no estamos completos, emulando la doctrina  romana, que dice que la iglesia está fundada sobre Pedro y sus sucesores. “Porque en él (Jesucristo) habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad, y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad” (Colosenses 2: 9 – 10), nos asegura La Palabra.

Obviando estas ridículas pretensiones, debes entender, que en esta edificación tú eres una piedra, una pieza importante, para que todo el edificio, bien coordinado, vaya creciendo para ser un templo santo en el Señor. Como piedra viva tienes un lugar especifico en esta tarea, para la cual Dios te capacita con la unción del Espíritu Santo (1Pedro 2: 5 – 7). No la podemos  dejar como tarea pendiente. La construcción de lo verdadero urge en este tiempo de confusión. Tu piedra es relevante e indispensable para la edificación de la Iglesia de Jesucristo, que ama y espera Su venida.


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